Nací en un hogar campesino donde abundaban animales, comida y celo por cumplir la ley de Dios. Mi padre emigró muchas veces a Estados Unidos en persecución de la chuleta que faltaba en su patria, a raíz de la devastación revolucionaria, para alimentar a su prole de ocho hijos.
EN LA HABANA
Fue como entrar al ascensor negro que me llevaba a otro lugar, que era ningún lugar. A la mañana siguiente estaba de regreso en el mundo capitalista. No hay nada que decir de eso; es inexpresable, y es el presente.
DIÁLOGO ENTRE UNA DESCENDIENTE DE NOÉ Y UN PÁJARO
Pero el mundo es un lugar muy amplio, ¿no es así? Quiero decir, hay mucho espacio. ¿Realmente importa lo que sucede en unos cuantos lugares? ¿Si unos lugares se estropean, arruinan o profanan? Siempre hay espacio para continuar.