Un granero en el que la paja empezaba a girar en un suave caos, un corral en total libertad (sobre todo las gallinas), tres casitas con muros como fortalezas y en cada una de ellas una gran cama de madera hecha para resistir a los siglos (cuántas veces habían hecho […]
Etiqueta: Literatura
«¿Exilios?», un texto de Martín Caparrós con fotografías de Dani Yako
Yo me negaba a llamarme exiliado: no era un nombre que sintiera propio. A mis 18 había tenido que dejar la Argentina en plena represión y no sabía cuándo podría volver, pero siempre me dio pudor, vergüenza considerarme eso. Un exiliado era, para mí, Sarmiento en Chile, Lenín en Zürich, […]
EL GOURMET
Vemos los bancos vacíos a la luz de la luna que entra por los ventanales. Se oye la respiración –al principio de forma apenas audible, luego con mayor nitidez– de dos hombres cansados. Sus formas emergen de las sombras y se acercan despacio hacia la cámara por un pasillo lateral. Visten capa y sombrero. Cargan algo pesado entre los dos.
Carne de ballena
La ballena apareció llegada de ninguna parte. Simplemente una mañana estaba allí, negra, gigantesca, flotando en el puerto, en las mismas aguas oscuras donde la noche antes solo brillaban las manchas tornasoladas del gasóleo. Más y más atascada con cada reflujo de la marea, su cuerpo inmenso rozándose con un […]
Polo el acordeonista
Creo que nunca he escrito sobre Polo, el acordeonista de San Frichosu, una de esas personas que, de haber venido con algún propósito a este mundo, vino con el de traer algo de alegría a esta vida para unos y para otros tantas veces atragantada. Hijo de gaitero, que seguramente sería hijo de gaitero a su vez, cambió en la década de los 40 la gaita de su padre por el acordeón, que eso también se vio en Irlanda, y aún en las romerías de mi niñez, que eran muchas, se le veía tocar en un rincón, risueño y sarcástico, un pasodoble.
BUSCADORES DE NUECES
Traducción de José Manuel Baptista Cuando Church subió la calle después de la cena, traía consigo uno de los costales de avena de su padre, lo suficientemente grande para llevar un barril repleto de nueces. Yo tenía un costal de harina de veinte kilos, y lo esperaba en la esquina. […]