En tres días he visto, oído y comido cosas que solo se ven, se oyen y se comen en un viaje en Greyhound de cinco mil doscientos ochenta kilómetros a través de Estados Unidos. También he olido cosas extrañas. Puedo decir a qué huele Battle Mountain, el pueblo de Nevada que fue nombrado en el 2001 por The Washington Post como «La axila de América».
Autor: Andrés Felipe Solano
CONVERSACIONES ENTRE EXTRAÑOS A BORDO DE UN GREYHOUND (I)
San Francisco (California) Un caballero medieval cruza la entrada de la estación de buses Greyhound en el centro de San Francisco y se acerca a un teléfono público. Lo sigue un perro Schnauzer cubierto con una especie de chaleco impermeable. Por un momento aquel hombre de cabellera roja y gruesos […]